sábado, 16 de febrero de 2013

UN RESPETITO, ALGO MUY BONITO

         Anoche me desvelé, y escuché en Radio Nacional el programa ESPACIO EN BLANCO. Me quedé anodadado. Estaba destinado a descubrir los manejos existentes tras la decisión papal de renunciar a su cargo el próximo 28 de febrero. Hora y media, con la sola intención de descubrir los manejos y las estratagemas existentes detrás de la decisión del Papa. Antes, ya había encontrado algunos comentarios de este tipo en la prensa escrita -"El Papa, vencido por los intransigentes curiales"-, pero lo de anoche superó todas mis previsiones.
          La estructura de la primera hora de programa fue muy simple: una largísima entrevista con un autodenomiinado "vaticanista" -no recuerdo el nombre y los apellidos-, que hablaba desde Teruel, adonde había acudido para una fiesta de evocaciones medievales. El diálogo mantenido no pretendía más que descubrir las luchas intestinas y los fracasos en el gobierno del Papa, que han provocado ahora la renuncia de su cargo. Lo sorprendente era la rotundidad con la que se daba por hecho que el Papa se ha visto obligado a renunciar por las batallas campales existentes entre los grupos cardenalicios presididos por Sodano y Bertone, por su fracaso en la lucha contra las pederastias eclesiales y por su ineficacia para convertir el "banco" vaticano en un "banco blanco". Lo indignante resultaba la seguridad con la que se daban por hecho intenciones, motivaciones y supuestas maquinaciones. Se llegó a afirmar que "el Papa no tiene ningún poder en el Vaticano", porque ha habido actuaciones contrarias a sus decisiones sobre el "banco" de la Santa Sede; se describían las "luchas" existentes entre los cardenales Sodano y Bertone, como programadas, seguras y sangrientas... Tras esta hora completa, todavía hubo media hora más con una entrevista a Paloma Gómez Borrero que, ya sin medio propio, buscaba ingenuamente protagonismo y hablaba también de "enredos vaticanos" y de una antigua expresión papal sobre el "paso del diablo" por las estructuras romanas.
          La voluntad trasparente del Papa "de que, por edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino", o el reconocimiento sobre que "es necesario el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado", todo esto, tan claro y ejemplar, fue desconocido o situado en un contexto de navajazos y puñaladas. Llegó a decir el "vaticanista" entrevistado que no hablaba más que de la parte "humana" de la Iglesia, porque la dimensión "divina" la desconocía por completo. 
          Hoy he visto en la prensa que el portavoz vaticano, P. Lombardi, intenta frenar la ola de interpretaciones malévolas sobre la limpia decisión del Papa. Los lanzados a las suposiciones intencionadas y a los comentarios inventados sólo pretenden tergiversar y traer el agua el propio molino. Un elemental respeto a la decisión del Papa resulta indispensable. Su breve intervención explicantoria de su decisión, dificilmente pudo ser más clara y más convincente. Conviene respetar las intenciones y las motivaciones expuestas. Según el dicho popular, "un respetito es algo muy bonito".
 

domingo, 3 de febrero de 2013

HA MUERTO RAFAEL GONZÁLEZ


          En el reducido círculo de mis "amigos" tal vez sea poco conocido, pero ha muerto Rafael González hace pocos días, el 31 de enero, y yo le quiero dedicar ahora una página de recuerdo y de agradecimiento.
          Rafael González fue el último director del diario YA, al menos mientras que este periódico, que en un tiempo fue el más leído de Madrid, se mantuvo bajo la titularidad de la Editorial Católica. Así lo ha recordado ahora, en la cariñosa página necrológica publicada en el ABC, Alejandro Fernández Pombo, que fue también algo antes Director del mismo diario YA.
          Mi contacto con Rafael González arranca de mucho antes, del tiempo que fue Director del semanario SIGNO, órgano entonces importante de la Acción Católica española. Como Director, me acogió en sus páginas, antes incluso de ser yo periodista, y en este medio publiqué en aquella época casi todas mis primeras colaboraciones en prensa, despertando así ese instinto informativo que debe alentar a todo el que se dedica a esta profesión. Precisamente hace pocas semanas, al comentar la muerte de Gregorio Peces Barba, aludí aquí al café que tomamos en un bar de Madrid los tres: Gregorio, Rafael González y yo, por la causa que entonces ya comenté.
         La comunicación más estrecha con Rafael González la establecí más tarde, cuando él era Director de EL CORREO DE ANDALUCÍA. Este periódico, creo que decano de la prensa sevillana, había sido fundado por el Cardenal Almaraz, dependía todavía del Arzobispado de Sevilla, estaba aún instalado en una antigua casa cercana a la céntrica calle Tetuán y se defendía muy a duras penas, sin haber acometido las mejoras inevitables para competir con la prensa actual. En este periódico realicé mis primeras “prácticas” de la carrera de periodismo y en él pude conocer un diario a la antigua usanza, auténticamente prehistórico en la época informatizada actual, con linotipias de ardiente plomo fundido, mesa amplia para el montaje manual de todo el  periódico y tejas verdaderas con la impresión de las diversas páginas.
          Modernizar este periódico es la tarea que se echó encima Rafael González, al aceptar el encargo del Cardenal Bueno Monreal para intentar reflotar de su vida lánguida a EL CORREO DE ANDALUCÍA. El esfuerzo entonces realizado fue ciclópeo y el resultado no fue escaso, aumentando muchísimo la tirada y, sobre todo, consiguiendo empatizar el periódico con los sectores más progresistas de la sociedad sevillana de entonces. Fue José Mª Javierre, el sacerdote y colosal periodista también ya muerto, el que continuó la tarea en la dirección de este periódico, hasta su venta a otros propietarios.
           Posteriormente, Rafael González se reincorporó a la Editorial Católica en Madrid y, antes de la dirección del YA, me parece que se hizo cargo de la entonces Agencia LOGOS, en la que me publicó en diversos medios una entrevista con el político y pastor protestante John Paisley (en realidad, no-entrevista pues me echo de su casa de Belfas al conocer mi procedencia) y otros reportajes sobre la vida de Inglaterra.
          Por todo lo brevemente contado, le debo grandes recuerdos a Rafael González y quiero ahora destacar que fue un gran periodista, con insaciable sed de lo noticioso, y un buen cristiano convencido y militante. Descanse en paz este un hombre de bien en todos los sentidos.